lunes, 30 de diciembre de 2013

Encantada de haberle conocido 2013



No pensaba hacerlo. Porque últimamente ando desganada, con el cuerpo y la mente perezosos. Pensando sólo en comer y dormir, como los bebés. Leyendo poco más que el twitter. Con mis cinco o seis libros a medias. Con el blog tiritando y las ideas hibernando.

Así que puedes imaginar que mis neuronas están bajo mínimos y mis enzimas digestivas en máximos, intentando digerir la enorme cantidad de calorías, azúcares, hidratos y grasas que la Navidad (y mi madre) me ponen delante, echando por tierra mi titánico esfuerzo de hace un año, cuando el señor Dukan y mi fuerza de voluntad, que me visita cada cinco años más o menos, me ayudaron a perder diez kilazos.

No pensaba hacerlo y, sin embargo, aquí estoy. Intentando hacer uno de esos posts parecidos a los típicos reportajes de los periódicos de estos días: las noticias más impactantes del año, las rupturas más sonadas, las fotos más divertidas, los escándalos más sorprendentes (esta la van a quitar en breve pues ya nada nos sorprende). Lo hago sobre todo animada por mi amiga Bea, a la que se le ha ocurrido montar un carnaval con esto de los balances. Después de leerla, me ha contagiado un poco de su energía locamotora y me he sacudido la pereza para poner el broche final a este año desde el blog.

Escucho por todas partes que 2013 ha sido malo, que por favor se acabe ya, que claro, era el año de la mala suerte por eso del trece... Pues por una vez tengo que discrepar. 

Desde que empezó la crisis he pasado por tres años muy malos, de 2010 a 2012 incluidos, siendo el más duro el primero de ellos. Viendo como marío, que entonces era autónomo y que lo ha sido durante muchos años hasta hace 3 meses, no encontraba proyectos nuevos. Agobiada cada mes porque no sabía de dónde iba a sacar el dinero para pagar mi hipoteca (sí, de las del boom) que cada fin de mes el banco se afana en cobrar. A veces no sabía de dónde sacar para pagar la compra semanal. Y así un mes tras otro, teniendo que mal vender nuestro coche, entre otras muchos malabarismos, para llegar a fin de mes sin morir en el intento. Teniendo que mentir muchas veces por no poder permitirnos esas quedadas a comer con amigos, yendo sólo al café por ejemplo, y haciendo del picnic nuestra mejor diversión, incluso en pleno invierno. Las hemos pasado canutas pero con mucho esfuerzo y mucho trabajo hemos salido airosos del trance. El mérito es fundamentalmente de marío, que es quien se ha dejado los cuernos buscando trabajos aquí y allá. Y trabajando todos los días del año, sin vacaciones, domingos, festivos o noches de relax en el sofá.

Mientras tanto también he visto, sufrido y llorado como se derrumbaba la empresa de mi padre. Cómo el trabajo de tantos años se iba a pique de la noche a la mañana, porque los bancos dejaron de darle crédito y los trabajos, relacionados con la construcción, brillaban por su ausencia. También he visto cómo gente muy querida para mis padres (y para mí) les daba la espalda o, lo que es peor, les clavaba puñaladas traperas. Menos mal que creo en eso de que todos reciben lo que dan y que al final se hará justicia.

A pesar de todo, este 2013 podía haber sido muchísimo peor de lo que ha sido y mal que bien, han logrado (hemos logrado) sobrevivir a la gran hecatombe que se avecinaba. Esperemos que en 2014 salgan a flote de verdad.

Además este año he visto cómo mi hermano, tras muchos años en paro, conseguía por fin un trabajo que, encima, le gusta. Sí, sí, no es ciencia ficción. Ojalá lo conserve muchos años.

También he vivido un cambio de trabajo para mejor, en un ambiente internacional de verdad, y marío ha conseguido su primer contrato laboral (y por tanto ya no es autónomo). ¡No tenemos que pagar IVA! Olé.

He viajado por placer a Oporto y a Cantabria. He pasado un finde de novios en Grenoble. He estado en París (por trabajo, sí, pero mola igual). Este 2014 espero disfrutar de algún viaje más, no de trabajo, porque de esos me esperan unos cuantos, sino de los otros. Si puede ser sin aviones de por medio.

He escrito este blog, concretamente 192 entradas en 2013 (200 en total) y he llegado a tener 347 visitas en mi post más exitoso, Soy una niña negra rodeada de gente blanca, que no es para nada la panacea cuando muchas de las bloggeras más cool de la madresfera superan las 1000 visitas al día y cosas de esas. Pero para mí, que nunca aspiré a ser una blogstar, que me metí en el ranking famoso por conocer gente y me di cuenta de que no era lo mío (el ranking, no la gente), que me metí en Twitter por el mismo motivo y que últimamente me aburre horrores, para mí, que no escribo de temas estrella, que no soy la alegría de la huerta ni me paso las horas muertas en el mundo blogueril haciendo marketing de mí misma, es todo un orgullo. Gracias a todos los que algún día se han pasado por este blog y han leído alguna de mis elucubraciones. No importa que no digáis nada. Si lo habéis dicho, doblemente gracias.

He escrito este blog y gracias a él y a Twitter he conocido a gente estupenda, divertida, inteligente, con talento, buena gente, con la que he ido más allá de las redes sociales, incluso más allá del guasap, y nos hemos conocido en persona, hemos hablado en directo, nos hemos visto la cara, y los ojos, y los gestos, más allá de los emoticonos. Espero en 2014 hacer lo mismo con todas aquellas que todavía no he desvirtualizado. Con el tan injustamente criticado ohana y más allá de él, con alguna que otra persona que me cae genial en el mundo 2.0 y estoy convencida que también me caerá bien en el otro mundo, que no es el 1.0 pues el 1.0, chicas os lo tengo que decir, es aquella época de internet de los inicios en la que no había ningún tipo de interacción entre las páginas web y los humanos. No existían las redes sociales, ni los blogs, ni los comentarios. Internet era una enorme fuente de información sin retroactividad más allá de los emails y los formularios de contacto.

No he empezado mi libro, vale.

No he conseguido correr la San Silvestre, ok (único propósito del año pasado para 2013).

No he dejado de gritar a mis hijas, de acuerdo (aunque ahora me doy más cuenta de ello).

No he celebrado una fiesta multitudinaria por mi 40 cumpleaños (tampoco quería).

No he dejado de agobiarme por el desorden (ni consigo tener todo en orden).

No soy más paciente (y mira que lo intento).

No me tomo la vida menos en serio (no puedo).

No me gusta madrugar los findes (ni lo intento).

No voy a hacer propósitos para 2014 (así no me decepcionaré).

O sease, sigo siendo yo. Que no es poco :)

¡Feliz 2014!






miércoles, 25 de diciembre de 2013

Navidades olvidables

Aquel año la Navidad iba a ser muy diferente. El Gobierno había decidido modificar un poco la tradición, siempre con la loable intención de velar por la salud de la economía. De esta manera, decían, se evitaba el despilfarro de días no productivos que abundaban al comienzo del invierno y de paso, se promovía el consumo en otra época del año distinta. La balanza se equilibraba.

Así, Nochebuena pasaba a ser el 24 de julio, decisión animada por la genial idea de hacer coincidir la Navidad con el Día de Santiago. No sólo se unían dos festivos en uno, sino que se conseguía que la fiesta del patrón de España fuera nacional, algo que no sucedía desde hacía muchos años.



La gente ni protestó. Al principio lo intentaron en Twitter. #Dejadlanavidadcomoestá fue trending topic unos días. Sin embargo, a la semana, cada uno volvió a sus cosas y se olvidó del asunto.

La Nochevieja no se atrevieron a tocarla, aunque hubo algún político que quiso intentarlo, modificando incluso el orden de los meses. Así evitarían que las presentadoras de las uvas se congelaran de frío con esos vestidos de noche. No le dejaron por considerar que su propuesta nos alejaba de Europa.

Hubo que tirar a la basura todas esas imágenes típicas navideñas, con su nieve y sus trineos y su Papá Noel embutido en barbas, e idear un nuevo concepto de la Navidad que tuviera sentido en pleno verano. Se convocó un concurso público y se presentaron 1.093 candidaturas. Como el Ministerio de Economía, que fue el encargado del proyecto, no disponía de personal suficiente para valorar cada una de las propuestas, llamaron a sus compañeros del Ministerio de Cultura, por entender que tendrían conocimientos adecuados para enjuiciar el valor artístico de cada candidato.

Durante dos meses estuvieron escuchando, tomando notas, preguntando, valorando y jugando con el móvil algunos, haciendo como que atendían asuntos de gran importancia. Tanto tardaron que, aunque escogieron finalmente el nuevo logo y el nuevo aspecto de Papá Noel, no les dio tiempo a imprimirlo en los Christmas, ni siquiera los chinos pudieron fabricar los disfraces ni los motivos veraniegos para el árbol. 

Decidieron dejar tal y como estaban a los personajes de los nacimientos y belenes, pues total, iban vestidos con ropas ligeras, propias del clima de la zona y de la pobreza de sus habitantes. También fue porque no consiguieron convencer al Papa para vestir a María de minifalda. No lograron siquiera reunirse con él, pues el Pontífice andaba muy ocupado en diferentes asuntos que le impedían, sintiéndolo sobremanera, recibir al presidente español.

Papá Noel hizo la operación bikini, se quitó la chaqueta y se quedó en camiseta de tirantes, previa depilación para no asustar a los niños. Se afeitó la barba y se dejó perilla, se puso un sombrero de paja en lugar de su particular gorro y cambió el pantalón por bermudas y las botas con chanclas. En lugar de trineo, venía en moto de agua. En fin, que no era ni la sombra de lo que fue. Los niños se hicieron un lío, sobre todo los que le habían conocido de su anterior época y le perdieron todo el respeto. Además, ¿cómo iba a traerles los regalos en una moto de agua? Todo el mundo sabía que el trineo de Santa podía volar pero a ver quién iba a creerse que también podía una moto de agua, ja.

Y llegó el mes de junio. La Nueva Navidad estaba a la vuelta de la esquina.

Pero... los recortes en el consumo de luz provocados por el tarifazo eléctrico impidieron que los comercios pudieran animar las compras. 

Muchos se olvidaron de la fecha y de preparar su despensa para la ocasión. 

Las empresas, las pocas que aún lo hacían, aprovecharon la coyuntura para suprimir las cestas entre sus empleados. 

Los niños, como no tenían cole, no pudieron preparar su festival de Navidad ni cantar villancicos para deleite de sus padres. 

A los centros comerciales no les dio tiempo de actualizar sus catálogos ni a las empresas jugueteras a preparar sus anuncios. Así que los niños no sabían qué regalos pedir. Muchos ni se enteraron de que era Navidad porque estaban de vacaciones en el extranjero.

La gente dejó de quejarse por la Navidad y dejó de estar triste y nostálgica. 

La gente olvidó desear lo mejor a la familia y amigos y reunirse en torno a la mesa por Nochebuena. Olvidó hacer fotomontajes con los niños, enviar chistes por whatsapp, criticar al rey por su discurso, y pedir el aguinaldo.

Fueron las Navidades más sosas, aburridas y ruinosas de todos los tiempos. Sin luces, sin regalos, sin cenas y sin buenos deseos. 

Unas Navidades "olvidables".




sábado, 21 de diciembre de 2013

Sábado de sensaciones: París también/Momento musical: Navidad

Esta semana he tenido que viajar a París por trabajo. He visto la puntita de la Torre Eiffel desde un taxi porque la mayoría del tiempo lo he pasado en mi oficina sentada around the table.

Tuve la oportunidad, sin embargo, de tirar unas pocas fotos curiosas, que una vez en mi cámara pensé:"no están mal para un sábado de sensaciones". Así que me atrevo a mostrarlas aquí, a pesar de que la gran maga de este carnaval, Bea mamá de dos, nos ha regalado muchas instantáneas de la ciudad que dejan sin aliento y que deberían retractarme de mostrar las mías por ese sentido del ridículo que me gasto. Pero, como la misma Bea dice, se trata de un carnaval de sensaciones y no de arte así que me voy a guardar mi séptimo sentido bajo el abrigo.

Editado: tras publicar este post, he visto que mis compis de carnaval unían en una sola entrada la participación en los dos carnavales que coinciden hoy. El Sábado de Sensaciones de Bea Mamá de dos, y el Momento musical de Isabel y la Isla de la Música. Ambos están "amadrinados" por La Morada de Nieves.

Así que voy a hacer lo mismo y, antes de las fotos, os dejo con un tema navideño que me encanta, All I want for Christmas is you, de Mariah Carey, interpretada por tres pedazo de artistas amantes de la música y de gran talento que, si por mí fuera, deberían ser todos ellos reconocidos. Hace unos años decidieron unir su afición en Navidades para deleitar a todos sus amigos con una felicitaciñon navideña sonora. Me encanta recibirla y disfrutar del espíritu navideño a través de sus voces. Dan muy buen rollo.

Y como la canción que os pongo es la del año pasado, os dejo a continuación la de este año que tampoco os dejará indiferentes.

Felicitación 2012

   

Felicitación 2013

 


Voilà...

Urbana

La Defense, esa zona llena de edificios de cristales donde miles de ejecutivos manejan los destinos de la economía francesa.


Urbana

La otra cara de París, no tan bonita como la que sale en las postales y revistas de los aviones. Toda ciudad tiene su lado o sus lados oscuros. Uno de los más oscuros de París en su sistema de trenes de cercanías RAR. No sólo por la fealdad de su paisaje, sino por la mala calidad del servicio que a punto estuvo de hacerme perder mi vuelo.


Momentos

La entrada a la sede central de mi empresa, plagada de árboles de Navidad, luces y color. La foto enseña sólo una pequeña parte de lo que había.




Feliz sábado de sensaciones y Feliz Navidad





jueves, 19 de diciembre de 2013

AZ de la maternidad. Con R de Resiliencia


Hace unos días mi hija pequeña me dijo una frase que me dejó clavada. Llegaba yo del trabajo y, como cada día, fui a darle un beso. Pero ella no quería. Y le pregunté por qué. Me soltó esto: "es que ni 'quisiera' eres mi madre". Toma ya. La frase que más he temido desde que me convertí en su madre, por la vía de la adopción, acababa de darme un bofetón en toda la nariz (que duele más que en la boca).

Una espera esa frase desde antes de ser madre. Mientras recorre el camino del hilo rojo que un día te conté en este mismo diccionario maternal. Lo que una no se espera es que te la suelte tu hija (esclafe diría mi madre)  a los cinco años un día cualquiera y encima en público (estábamos en la consulta del dentista). 

Me quedé bloqueada, no sabía qué decirle, así que ahí no le dije nada, me limité a darle el beso sin más. Y después por la noche hablé con ella. Le comenté que no me había gustado que me dijera eso, que me había hecho daño y que yo sí era su madre, que nunca iba a dejar de serlo. También le pregunté por qué lo había hecho. Y ella no fue capaz de darme una respuesta, normal, tiene cinco años. Es ahora cuando está empezando a darse realmente cuenta de su condición de niña adoptada, de su vida anterior, de su otra familia, de su otro país. Acabamos dándonos un abrazo gigante y muchos más besos y creo que ella por un lado se quedó aliviada de mi reacción y por otro, confusa igualmente por seguir sin entender qué le pasa en realidad, quién es y por qué su vida es la que es y no otra.

Y fue entonces cuando volvió de nuevo a mi mente el concepto de resiliencia del que tanto leí en su día cuando comenzaba la aventura de la adopción. Esta palabra vino a mí justo en aquella época. Por eso la asocio de forma directa a maternidad y la adopción, aunque se trata de algo más amplio y que puede aplicarse a cualquier persona.

La resiliencia se puede definir como la capacidad de sobreponerse a las adversidades. La fortaleza de ánimo para superar los malos momentos o golpes de la vida y que, por tanto, va unida indisolublemente a la capacidad para que tiene el ser humano para ser feliz a pesar de todo. Y, además, tiene que ver también con la habilidad de transformar lo malo en algo positivo y ser capaz de aprender y crecer a través de ello.

Cada persona tiene un nivel equis de resiliencia. Y se supone que cuanto mayor es tu nivel, mayor es tu salud emocional y más probabilidades tienes de alcanzar eso que todo bicho viviente anda buscando: la felicidad.

Por eso tiene tanta importancia en el mundo de la adopción. Nuestros hijos, ya lo he contado por aquí, llegan a nosotros con eso que llaman "la mochila". Con un pasado doloroso siempre. Con una herida primaria que es muy difícil de asimilar y superar, sobre todo cuando eres un niño y estás descubriendo el mundo.

¿Por qué me abandonaron? ¿No me querían? ¿Tan malo soy? 

Estas preguntas se las hacen los niños adoptados constantemente, casi siempre en silencio. Depende de nosotros, sus padres, sus hermanos, su familia extensa e incluso su círculo social, que esa resiliencia se fortalezca y crezca y que el día de mañana sean capaces de vivir con esas preguntas y sus respuestas (si las consiguen) o no. 

Tremenda responsabilidad.  

¿Estaré a la altura? ¿Lograré estar a su lado en su tristeza? ¿Seré capaz de ayudarle?

Estas son las preguntas que nos hacemos los padres. Jodidas también.

Y ¿qué pasa si nuestra resiliencia de adultos es débil, floja, escasa? ¿Cómo ayudamos a nuestros hijos a superar sus problemas si nosotros no somos capaces de superar los nuestros? Esto me da para otro post. No hablo de mí concretamente, porque ni yo misma me creo lo fuerte que soy y la enorme capacidad que tengo para sobreponerme a todo lo chungo que haya podido vivir. Me asusto de pensarlo. Aunque me cuesta esa última parte de ver lo positivo en lo negativo, lo reconozco. Más que verlo, me cuesta creerlo y asimilarlo. Soy capaz de ver la parte positiva, pero la negativa no dejo tampoco de verla. Sigue ahí a pesar de todo.

Leí en un blog muy querido para mí y que tristemente ya no se actualiza, La adopción por dentro, de la periodista y madre adoptiva Brenda Padilla, un decálogo de posibles acciones que podemos hacer para fomentar la resiliencia en nuestros hijos, de los doctores Brooks and Goldstein:




1. Mostrar empatía


2. Comunicar con respeto


3. Ser flexible


4. Prestarles atención 100% al niño (al menos quince minutos al día)


5. Aceptar a tus hijos tal como son


6. Darles la oportunidad de colaborar


7. Tratar los fallos como oportunidades para aprender


8. Destacar fortalezas  y habilidades


9. Dejar que tus hijos solucionan problemas y tomen decisiones


10. Disciplinar para enseñar, no para humillar o intimidar.

Al leerlo siento que tan mal no lo estoy haciendo pues cumplo en mayor o menor medida casi todos los puntos. El dos me lo salto más de lo que quisiera (perdóname hija) por mi impaciencia, el cansancio y todas esas excusas que ponemos cuando gritamos (mi falta de respeto se traduce en gritos, nunca en insultos y descalificaciones). También reconozco que, aunque la acepto y quiero como es y no la cambiaría por nada (no lo dudes nunca pequeña) a veces me cuesta lidiar con su carácter inquieto y alocado (aunque cada vez lo llevo mejor). Y me encanta reforzar sus puntos fuertes, tal vez incluso lo exagero todo un poco, aunque no creo que le venga mal. Y por supuesto, creo que el uso de la disciplina bien entendida, para enseñar y para que nuestra vida no sea un caos absoluto. De momento estamos trabajando en ello porque me temo que esta niña mía salió rebelde. Alegre, risueña, sensible y libre como un pájaro. 

Lo que más deseo es que siga siendo así dentro de veinte años a pesar de que tenga que trabajar mucho para gestionar su dolor. Y yo con ella. Siempre.


viernes, 6 de diciembre de 2013

Nelson Mandela vive

Ayer abrí Twitter cuando llegué de mi viaje de trabajo y me encontré varias noticias sobre Mandela en las que no decían que había muerto. Pensé que hablaban de él por cualquier otro motivo, su cumpleaños (aunque me sonaba que había sido hace poco), un premio, un homenaje...pero sabiendo que estaba delicado de salud me fui corriendo a leer el periódico por si las moscas.



Y ahí estaba ese titular avisando de su muerte. Nelson Mandela ha muerto. Mazazo.

Sí, tenía 95 años. Y una salud tambaleante ya. De acuerdo. Lo que tenía también era el derecho a ser inmortal, el derecho a no morir nunca, a permanecer para siempre en el mundo. Algunas personas deberían, como los indultados, ser librados del yugo de la muerte y la ancianidad. 

No me refiero a nuestros seres queridos, porque por mucho que les queramos, y por mucho que nos aporten a nosotros, no podríamos permitirnos el lujo de dejar en el mundo forever pues el mundo es finito y acabaría colapsando. Hablo de aquellas personas tan especiales que una sola de sus aportaciones al mundo superan con creces cualquiera de las aportaciones de un país entero.

Hablo de Nelson Mandela y otros como Gandhi, Leonardo Da Vinci, Marie Curie, la poetisa Mislawa Szymborska... Cada uno haría su propia lista.

Sí, es cierto que en cierto modo ya es inmortal. Que en realidad no ha muerto porque su legado se quedará hasta la eternidad en el mundo. Que lo que hizo por su país, por la población negra, por los derechos civiles y por la humanidad en general NUNCA podrá borrarse de la historia, por mucho que quieran otros muchos hacerlo. Por mucho que en Sudáfrica las cosas estén tensas y exista un miedo generalizado en muchos ciudadanos a la pérdida de todo lo conseguido por Madiba (el abuelo, apodo cariñoso con el que se conocía a Mandela). O en Europa se radicalicen y ganen adeptos los movimientos políticos de ultraderecha como el holandés Partido de la Libertad, antimusulmán,  y el francés Frente Nacional con Marie Le-Pen al frente, los cuales pretenden crear un nuevo grupo junto a otros partidos afines contra la integración europea y contra la inmigración tras las elecciones al Parlamento Europeo de 2014. 




Sugerir que Sudáfrica podría arder en llamas -como algunos pronostican- es desacreditar a los sudafricanos y el legado de Madiba”, dijo tras la noticia el exarzobispo de Ciudad del Cabo, Desmond Tutú, una de las personas que le apoyó en su lucha contra el Apartheid. “El sol saldrá mañana y el día siguiente y el próximo (...) puede que no parezca tan brillante como ayer, pero la vida continuará”.
A pesar de todo, una no puede evitar sentirse triste por la pérdida de el ser humano que más admira del mundo mundial y de la historia de la humanidad. No soy de ídolos. No tengo favoritos en nada por lo general. Excepto con este hombre. Por su capacidad de perdonar, su carisma, su personalidad arrolladora, su fuerza, su capacidad conciliadora, su determinación a la hora de conseguir lo imposible. Y por supuesto por sus grandes logros.
Alguien a quien conocía de pasada, de refilón hace unos años, hasta que llegó a mis manos el libro de John Carlin, El factor humano, que dio pie a la película Invictus y que si no has leído/visto te recomiendo fervientemente.
Alguien que dijo cosas como éstas que traigo más abajo. Gracias Madiba por TODO. Ojalá que no te hubieras ido. Ojalá no te vayas nunca del todo. Que tu luz nos ayude a encontrar el camino cada vez que nos flaquean las fuerzas y cada vez decidimos odiar a alguien en lugar de intentar comprender y perdonar. Que tus ideas se expandan por el mundo en lugar de quedarse en los libros de historia. Que el racismo se quede, éste sí, en los archivos y las bibliotecas como un mezquino defecto del ser humano y de la ignorancia supina.
FRASES DE MANDELA
> "Si el desarrollo del pueblo africano en su propio país no hubiera sido interrumpido por la llegada de los blancos, se habría producido un desarrollo igual al de Europa y al mismo nivel, sin ningún contacto con nadie".
“Una nación no debe juzgarse por como trata a sus ciudadanos más distinguidos, sino por como trata a sus más humildes” (El largo camino a la libertad, autobiografía)
> "No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad que la forma en la que trata a sus niños".

> "Necesitamos situar la erradicación de la pobreza en el primer lugar de las prioridades mundiales. Hemos de tener claro que todos compartimos una humanidad común y que nuestra diversidad en todo el mundo es la mayor fortaleza de nuestro futuro conjunto".

> "La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo".

> “Conforme nos liberamos de nuestros propios miedos, nuestra presencia libera automáticamente a los demás”. (El largo camino a la libertad, autobiografía)
> “Sólo a través del trabajo duro, el sacrificio y una acción militante puede conquistarse la libertad. La lucha es mi vida. Continuaré luchando por la libertad hasta el fin de mis días”. (Desde la prisión en 1961).
“Es correcto preguntar con claridad: ¿por qué esta rígida discriminación racial en la administración de justicia? ¿Por qué hoy, en este tribunal, hablo con un juez blanco, me enfrento con un fiscal blanco, y me lleva al banquillo un alguacil blanco? ¿Puede alguien, con honradez y seriedad, sugerir que en este tipo de atmósfera la balanza de la justicia está equilibrada?” (Primeras declaraciones ante el juez, 22 de octubre de 1962).
“Celebro el ideal de una sociedad democrática y libre en la que todas las personas viven juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal para el que pienso vivir y espero alcanzar. Pero, si fuera necesario, es un ideal por el que estoy listo para morir”  (Declaración ante el Supremo, 20 de abril de 1964).
“El tiempo de curar las heridas ha llegado. El momento de salvar los abismos que nos dividen ha llegado. Es la hora de construir”. (Discurso en su toma de posesión, 1994).
> "El perdón libera el alma, elimina el miedo. Por eso es una herramienta tan poderosa".
> "No acostumbro a usar las palabras a la ligera. Si 27 años en prisión nos han enseñado algo, ha sido llegar a entender, desde el silencio de la soledad, hasta qué punto las palabras son preciosas y hasta qué punto el lenguaje verdadero tiene su impacto en la forma en que la gente vive y muere".

Fuentes:







miércoles, 4 de diciembre de 2013

AZ de la maternidad: Q de qué

Si tuviera que elegir la palabra que más digo desde que soy madre esta sería QUÉ sin lugar a dudas. Es la primera cosa que me sale cuando oigo otra palabra que es a su vez la más escuchada desde que tuve a bien cumplir con mi parte en la estadística de natalicios: MAMÁ. O mejor dicho ¡MAMAAAAAÁ!

Es una de esas palabras que, según el tono con que la dices, es decir, dependiendo del momento del día más el estado de ánimo y cansancio en el que te encuentres, puede sonar de muy diferentes maneras:

1/ El "qué" de incógnito, dicho así en bajito, como con miedo a que te oigan y te suelten cosas como: "¿me ayudas a limpiarme el culo?", "tenemos que disfrazarnos de calabaza para el viernes", "me dijiste que hoy sin falta me llevabas a la feria".

2/ El "queeeeeeeeeé" desesperado, un qué largo, sonoro, como de estar hasta el último pelo tras haber pronunciado unos 20 en los anteriores cinco minutos. Estos ocurren muy a menudo a partir de las 22:00 horas. Cuando tus hijas están tan ricas en sus camitas, leídas, besadas y rezadas y tú te dispones a enchufarte una serie con Marido, acurrucada en la mantita, con tu onza de chocolate o tu descafeinado esperándote. Tras haberte levantado a llevar agua primero a una y luego a otra, después de haber tenido que encender y apagar luces del pasillo, y una vez has tenido que buscar sus peluches bajo los misteriosos bajos fondos de sus cuartos... Llega el enésimo MAMÁ y tú tienes que morderte la lengua y el cansancio acumulado para no sonar cual poseída niña del exorcista.

3/ El "qué, qué, qué" asustado. Dícese de aquel pronunciado tras escuchar gritos, fuertes ruidos o golpes provenientes del lugar donde supuestamente tus hijas juegan seguras. De repente escuchas un "mamaaaaaá" entre sollozos y corres cual Bolt, jugándote la vida en el pasillo tomado por un ejército de Pin y Pon, Barbies, little pet shops y demás seres del ultramundo. Al llegar, la mayoría de veces te encuentras con que la cosa no ha sido para tanto, aunque tus hijas te quieran hacer creer que el tema requiere de hospital, estancia en casa durante unos días y el iPad como tratamiento antiinflamatorio.

4/ El qué con nocturnidad. El que se pronuncia entre sueños varias veces hasta que te despiertas y se te jode la noche. Últimamente en casa son provocados por las siguientes situaciones: "quiero ir a hacer pis", "se me ha caído el muñeco", "hay un mosquito en mi cuarto". No seré yo quien quite importancia a estas razones. Aunque tampoco creo que sea de malos padres pretender que la niña se levante solica al menos para solucionar las dos primeras. Llamadme loca.

5/ El qué consciente. El que decimos en medio de un momento propicio para una conversación: a la ida o a la vuelta del cole, en las cenas, en el desayuno del fin de semana. Aquel que sirve para dar pie a los diálogos más variopintos y a las preguntas más complicadas que me han hecho nunca. Sé que me la juego cuando lo digo. Soy consciente de que puede ser mi entrada a un jardín que es más un intricado laberinto que un paisaje japonés de aparente sencillez. 

"Mamá"
”Qué”
¿Es verdad que los hijos se hacen como me ha dicho me amiga N.?

"Mamá"
”Qué"
¿Qué pasa cuando alguien se muere?

Mamá
Qué
¿Por que no bajan a todo los precios y se acaba la crisis?

Mamá
Qué
¿Los Reyes Magos existen?

A pesar de todo me gustaría seguir diciéndoles ese QUÉ durante toda mi vida. 

Eso significará que las tengo cerca, que me necesitan y que confían en mí.

Hijas, siempre tendré un QUÉ para vosotras. No lo olvidéis nunca. Os quiero mucho muchísimo.



lunes, 2 de diciembre de 2013

Las madres de mis series de TV favoritas

Reconozco que he navegado por Internet en busca de inspiración para escribir en este mi otrora actualizado blog. Cuando ya estaba a punto de ahogarme me he encontrado con esta isla de artículo que hace un retrato de madres de las TV de lo más variopinto. Morticia Adams, Marge Simpsom, Roseanne y otras cuantas son descritas en el artículo por sus virtudes y su capacidad de proyectar modelos de familia adecuados para la infancia, en un intento de defender a esa caja demoníaca de quienes la critican de forma compulsiva y, de paso, limpiar nuestra conciencia de malos/as padres/madres cuando les enchufamos a nuestros churumbeles al aparato para poder hacer la cena o simplemente depilarnos las piernas.

Y entonces en mi cerebro algo ha hecho clic y se me ha ocurrido "inspirarme" en la idea llevándola a un terreno que me apetece explorar. Las madres de mis series favoritas. ¿Alguna de ellas pasará la prueba como modelo a seguir? Mira que lo dudo, últimamente me gustan series un poco tétricas.

Veamos... 


1. Carmela Soprano. Los Soprano. Esposa del jefe de la mafia Tony Soprano. Una mujer que se debate entre el amor a su esposo y a sus dos hijos y el amor por el vil metal, que la lleva a aceptar mediante la técnica del avestruz el "especial" trabajo de su marido y sus continuas infidelidades. Tiene momentos en los que se muestra sumisa y fiel amante esposa de su hombre y otros en los que transmuta a un "estoyhastaelúltimopelo" de todos y cada uno y desearía fugarse a una isla desierta.


Como madre me da mucha pena porque se la ve sufrir lo indecible con la terrible adolescencia de sus hijos a lo largo de los años. Primero la niña, que telita al principio. Luego se serena la nena y entonces empieza el chaval, que interpreta las peores pesadillas de todo padre y madre en relación a la edad del pavo. Contestón, gamberro, faltón, que disfruta humillando y ninguneando a sus padres, en especial a su madre. Siempre queriendo llamar la atención por lo negativo, asqueado de la vida, mustio y tristón, violento...una joyita...

Una frase para recordar de Carmela "Que clase de animal fuma marihuana en su propia confirmación??!!".

Pues eso, una madre sufrida que se da de bruces con la realidad que ha estado "queriendo no saber" desde el principio. Pero los hijos crecen, se hacen adultos y hacen preguntas...



2.  Kima Greggs. The Wire (ojo: spoiler)

 
La agente Greggs es una mujer dura, fuerte, aparentemente fría y que se ha abierto camino a codazos en un mundo predominantemente masculino. A muchos les sorprenderá que destaque a esta mujer por encima de otras madres que aparecen en la serie, como la madre del criminal D'Angelo Barksdale o la mujer de éste. Si lo hago es porque, a pesar de que al principio se muestra contraria a tener hijos porque siente que el instinto maternal no va con ella, finalmente se da cuenta de que no era así y decide recuperar el tiempo perdido con el hijo que tiene con su ex-pareja, Cheryl.

Es la única madre, junto a la agente Beatrice "Beadie" Russell, divorciada con dos pequeños, que parecen no ser malamadres. Las demás son cruéles, ariscas, drogadictas, pasotas o todo a la vez.

Frase para recordar de Kima: "Si oigo la música, voy a bailar" Se refiere aquí a que a ella le va la marcha y que su paso por el trabajo de oficina la mata un poco, por eso, entre otras cosas le cuesta asumir la maternidad. El eterno dilema éxito profesional personal remezclado con dosis de culpabilidad y necesidad de autoafirmación.



3. Skyler White (ojo: spoiler)



Madre coraje dispuesta a todo por sus pequeños. Hasta a dejar de ser ella si hace falta para ser otra persona completamente distinta,

Una mujer también fuerte y dura como las otras dos, resignada a vivir en medio del infierno para que su hijo mayor no descubra el pastel en el que anda metido su padre. Es un alma herida, desengañada y triste, incapaz de conectar con su hijo adolescente al que tanto quiere proteger y por eso más amargada si cabe. Sólo le queda la pequeña bebé, alma inocente en medio del caos, único ser capaz de mostrar ramalazos de ternura en el padre reconvertido en camello y la madre transformada en cadaver viviente.

Su frase emblemática: "alguien tiene que proteger a esta familia del hombre que protege a esta familia". Más claro agua.

4.Danaerys Targayrean. Juego de tronos (ojo:spolier)



Vale, ya sé que esta no es madre en el sentido estricto de la palabra y que pensarás que no tiene derecho a estar aquí pero...de entre todas las madres de esta serie no puedo elegir a otra, lo siento. Entre la malvada Cersei Lannister o la pavisosa Catelyn Starck, me quedo con la Mother of Dragons. Y eso que la primera llama especialmente mi atención por como es capaz de criar a un esperpento como Joffrey y no sentirse desgraciada por ello más que porque su engendro le gana en depravación.

Me gusta porque empezó de la nada, siendo una aparente mosquita muerta, y ha ido ganando peso conforme pasaban los capítulos, sobre todo desde aquel espectacular nacimiento de sus dragones.

Como toda madre que se precie, por sus hijos mata y además, esta lo hace literalmente. La maternidad le otorga superpoderes como a la que más y poco a poco va conquistando el mundo a golpe de ala y aliento de fuego. Me mola ver como va ganando madurez con el tiempo y se vuelve dura de pelar, como las otras madres que ilustran este post.

Transcripción del discurso en Valyrio del capítulo 3x04 : ¡Inmaculados! matad a los amos, matad a los soldados, matad a todo hombre que sostenga un látigo, pero no hagáis daño a los niños. ¡Cortad las cadenas de cada esclavo que veáis! ¡Fuego de dragón!"


Pues eso, que aunque vaya de guerrera contra el mundo, en realidad tiene su corazoncito. De madre amantísima.

5. Gloria Pritchett. Modern Family. 






Para terminar no quería irme sin incluir un poco de desmadratización en este post, que me ha quedado algo siniestro con tanta madre rodeada del mal.

Sin duda soy fan absoluta de esta madre desastrosa de la televisión. Quién no empatiza con sus meteduras de pata, su exagerado sentido de la maternidad sobreprotectora, diametralmente opuesto a su aspecto físico (con esos tacones NO se puede llevar un bebé en brazos sin que se te quiebre la espalda) y su imperfecta perfección de mujer rica, guapa y con un montón de tiempo libre.

Me gusta ver que tiene muchos más defectos que virtudes, que a veces se siente insegura y que nunca tiene muy claro lo que tiene que hacer para hacer feliz a sus hijos. Eso la hace más humana (y más parecida a mí) y a las mujeres nos da motivos para no odiarla de pura envidia cochina. Algo tenían que hacer los guionistas para que las féminas nos engancháramos a la serie sin que haya ningún tío bueno. Así que pusieron a una madre odiosa (la histrónica de la otra), a una pareja molona de gays que todas quisiéramos tener como amigos y a una tía de cuerpo 10 y cabeza 4,5. Lo aderezaron con un buen guión de comedia, le añadieron unos niños un tanto repelentes y voilà. Risas aseguradas.

Para muestra una de sus mejores frases: "Nadie sabe esto, pero durante su primer año de vida vestía a Manny como una niña y le decía a todo el mundo que era mi hija. Cuando encontró las fotos le dije que era su hermana gemela que murió..." #malamadre.

Me quedan más series favoritas y más madres de las que hablar por aquí así que lo mismo me da el punto y me hago la segunda parte.

¿Y a ti? ¿Qué madre de la televisión te gusta más?