miércoles, 6 de febrero de 2013

Hablando de Breaking bad



Breaking bad es la historia de un proceso químico. Un elemento que se une a otro elemento y produce algo completamente distinto, antagónico al estado inicial, aunque, como dice el protagonista en una de sus emocionantes clases, todo en realidad es carbono. Carbono+carbono=carbono.

Breaking bad cuenta la historia de la asombrosa transformación de un #tío_poca_cosa a un #tíazo_que_da_miedo. Alguien anodino, del montón, un poco pusilánime, frustrado, abocado a una vida sin emociones y gris, encerrado entre las cuatro paredes de un aula con un puñado de adolescentes apáticos, que no se inmutan ni siquiera cuando se menciona el sexo.

Y de repente, un hecho inesperado. El tío en cuestión es diagnosticado de un cáncer muy avanzado, en el que le comunican que su vida tiene los días contados (no estoy destripando nada, es la sinopsis de la serie, don't worry). Creyendo firmemente que su final está cerca, se le enciende la lucecita de "no tengo nada que perder” y “ahora os vais a enterar de lo que vale un peine”. Entonces va y se convierte en un ser sin escrúpulos, malo malísimo (un poco torpe al principio por aquello de la falta de experiencia), y empieza a hacer todo tipo de fechorías para conseguir pasta. El vil metal es al final lo que quieren todos los malos. La pasta y el poder, el cual es directamente proporcional a la cantidad de ceros en la cuenta bancaria. Lo jodido del tema es que hasta se vuelve atractivo, al menos a mí me lo parece. ¿Qué tendrán los malos que nos gustan tanto? A mí, particularmente me encanta la libertad que emana Walt, el personaje principal del que estoy hablando, al saberse acechado por la guadaña. Se siente libre de miedos y prejuicios, y hace realmente lo que le da la gana. Otro tema es que lo que te dé la gana sea ilegal, inmoral y dañino.
En esencia la historia me lleva a reflexionar sobre un tema existencial que todos hemos pensado alguna vez ¿realmente es necesario que nos ocurra algo de esta gravedad para darnos cuenta del valor de la vida y  empezar a ser libres de verdad? Ya no hablo de libres para “hacer el mal” (por mucho que a veces nos apetezca cuando estamos muy enfadados con el mundo), me refiero a libres para ser uno mismo, para luchar por lo que queremos, para vivir de acuerdo a nuestros valores y nuestros ideales y sueños, para no conformarnos con “lo que nos ha tocado en suerte” y lanzarnos a cambiar las cosas.

El primer paso empieza por pararse a pensar en quienes somos realmente. Creemos que nos conocemos pero me da que no tenemos ni pajolera idea.

Por si no ha quedado claro, me encanta Breaking bad, estoy enganchada y recomiendo la serie por su calidad en todos los sentidos. La primera escena de todas pone los pelos de punta.

2 comentarios:

  1. ¿Dónde ves esta serie? Me está picando la curiosidad después de "oírte" varias veces hablar de ella.
    Será en castellano ¿no? ;-)

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  2. Ay, Begoooo. Que aún tengo los pelos como escarpias recordando el final de la serie... A mí también me fascinó Walter White, y la forma en que se enfrenta al cáncer sacando de sí todos los clavos que lo mantenían infelizmente anclado a una vida que lo consumía. El señor White tenía unos cuantos nudos que deshacer y mucho que demostrarse, y es genial el enfoque humorístico de las escenas más cruentas.
    Mención aparte merece el binomio Walter-Jesse. No puedo decir nada porque spoileooo, pero ¿no crees que Walter ve en el chico un reflejo de sí mismo?
    Qué final... Redondo, perfecto. A la altura de una serie de 10, como coincidimos muchos.
    Y de tu post, decir que me ha encantado y que al igual que la primera escena de la serie es impactante, la primera frase de esta reseña también!!! :)
    Besos!!!

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