jueves, 20 de diciembre de 2012

El NO Festival de Navidad del cole


A estas horas, tal día como hoy, debería estar en el cole de mis hijas como atenta y orgullosa espectadora de su función infantil. Debería estar pasando un calor insoportable, y un ligero dolor de pies, al no haber encontrado silla, pues como siempre, se nos hubiera hecho un pelín tarde. Estaría con la cámara de vídeo o con mi iphone, haciendo fotos sin parar al escenario, que luego jamás revelaría. Sufriendo al ver que el disfraz de L., como cada año, le quedaba un poco pequeño o un poco grande, o no tenía el mismo porte que el de sus compañeras, cosido a mano por sus queridas abuelas o sus hacendosas madres. Nunca se me han dado bien las manualidades, es mi asignatura pendiente. Quizá estaría nerviosa porque L.E. no paraba de moverse en el escenario y de saludar a las cámaras como si estuviera en un teatro y ella fuera la protagonista de la obra, ninguneando a la mismísima Virgen María y al Niño. Estaría con la lagrimilla que si sí que si no cuando las oyera cantar su villancico en inglés. Y ellas, felices, buscándonos a su padre y a mí con la mirada para comprobar que estábamos ahí. Que no somos como esos padres americanos de las pelis que se pierden los festivales de sus hijos o el partido de beisbol porque tienen muchas cosas que hacer en su ajetreada vida peliculera. Estaría rezando para que acabase pronto para volver a la oficina o a trabajar desde casa, para que nadie pudiera acusarme de tener mucho morro por escaquearme ese día del curro. Es que ya se sabe cómo somos las madres.

Pero hoy estoy aquí, delante de mi portátil, como un día cualquiera más. Este año no hay festival de Navidad. Los profesores han decidido que no va a haber ningún tipo de fiesta que les suponga hacer horas extra. Es su forma de protestar contra los recortes en Educación. Están en su derecho, claro que sí. Pero yo me quedo sin mis fotos y sin mis emociones navideñas maternales. Y me da pena, no os lo voy a negar.

martes, 18 de diciembre de 2012

Amigas


 Anoche me reencontré con dos grandes amigas, de mi añorada época de estudiante, en la que compartimos el fabuloso piso de la calle Princesa de Madrid, estudios de Periodismo, risas, penas y muchas noches en vela (algunas por los exámenes y otras...por las juergas).


Una de ellas vive en Mexico, después de pasar más de 10 años viviendo en Londres. Es mi amiga más internacional. La otra vive en Madrid pero las circunstancias de la vida hacen que apenas nos veamos. De hecho, hacía una año que no nos veíamos, desde la última vez que la primera de ellas vino a España por Navidad. Qué fuerte. Y es como si no hubiera pasado el tiempo. Cada año decimos lo mismo: este año que viene nos tenemos que ver más. Y tras 300 y pico días volvemos a darnos cuenta de que no hemos hecho nada de lo que nos propusimos...

Pasamos una noche muy agradable, hablando sin parar sobre lo más importante de 2012, sobre las crisis española, la corrupción mexicana (y española) y repasando la vida de todos nuestros compañeros de andanzas universitarias. Nos faltaron horas. Nos faltó también Nuria, que vive en Cáceres aunque parece que vive en Australia por lo difícil que resulta quedar con ella. Ayer volvimos a ponernos como meta hacerle una visita en verano.

Cómo se nos pasa el tiempo, la vida, sin darnos cuenta. En 2013 cumpliremos ya los 40. Casi todos mis amigos cumplen los 40 este nuevo año. Va a ser un gran año, tiene que serlo. Tengo que dar una fiesta por ese número redondo. Tengo que ver más a mis amigos, jugar más con mis hijas y reirme mucho más de lo que lo hago ahora. Estos son mis New Year Resolutions. ¿O son los del año pasado? No me acuerdo.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Navidad

Después de 3 comidas/cenas festivas este fin de semana tengo varias cosas bastante claras:

1/ Es Navidad. Valga la redundancia.
2/ NO puedo usar tacones de aguja. ¿Por qué me sigo empeñando?
3/ Es más difícil dejar de beber alcohol cuando estás a dieta que dejar de comer dulces.

Ha sido un fin de semana redondo, por eso hoy es más lunes que otros. Cuesta mucho más empezar a funcionar. La buena noticia es que el viernes, siempre y cuando el mundo siga existiendo, me voy de vacaciones hasta 2013.

A mucha gente la Navidad no les gusta. Dicen que no les va el rollo consumista o se ponen tristes por la gente querida que ya no está. Antes yo pensaba algo parecido. Hasta que llegó Lucía y volví a tener ganas de Navidad. Una de las mejores cosas de ser madre es que vuelves a ser niña. Vuelves a jugar por el suelo, a disfrazarte con trapos y a esperar con ilusión a los Reyes Magos.


viernes, 14 de diciembre de 2012

Mamá dibujada

Hoy es el día de la fiesta de Navidad de mi empresa. No toda la empresa pues somos unos 130.000, sino de mi departamento. Vamos unas treinta y pico personas. 

Para decorar la estancia donde comeremos y beberemos (siempre con moderación por supuesto, los organizadores del evento nos han pedido a los que tenemos hijos que les pidamos que nos dibujen trabajando.

El resultado de cómo me ven mis hijas está en estas imágenes. Me llama la atención que L.E. me vea los ojos a lo David Bowie y me encanta que las dos me dibujen sonriente y feliz. A veces les regaño tanto que me siento un poco Srta. Rottenmeier...



miércoles, 12 de diciembre de 2012

Visualización de un domingo de la infancia

Esta es la Semana de la Seguridad y la Salud en mi oficina. Nos están dando unas charlas y talleres muy interesantes sobre hábitos de vida saludable. Ayer estuve en dos de ellos. Como apenas tenemos trabajo en estos días :( aprovecho el tiempo y me apunto a todo lo que suena interesante y supone ocupar las horas en algo productivo.

Total, que hoy tocaba hablar de alimentación. La ponente era una psicóloga que no venía a "hablar sobre nutrientes sino sobre hábitos". Yo que pensaba que me iban a enseñar cuánto de hidratos y cuánto de proteínas y vitaminas tenía que tomar al día y esas cosas. Pues no, nada de eso. Se trataba de reflexionar sobre cómo, cuándo, cuánto, qué y por qué comemos.

En un momento dado nos ha pedido que cerráramos los ojos y volviéramos al pasado a una de nuestras comidas familiares. Hemos pensado en qué comíamos, en cuánta gente había en la mesa y quiénes eran, cuánta comida nos ponían en el plato, si había refrescos azucarados o no... Y he vuelto a la antigua casa de mi abuela Paca (mi querida abuela que aún vive gracias a Dios o a quién quiera que esté por ahí arriba) y mi abuelo Antonio, ya fallecido. He visto a mi bisabuela en su mesa de camilla, eternamente sentada, con la mirada perdida a causa de la ceguera. He visto a mis padres mucho más jóvenes que yo ahora mismo. A mi hermano mediano con 5 años y al pequeño de bebé. Yo tenía 9 y llevaba unas bermudas verdes de paño y un jersey beige que me gustaba mucho (no había vuelto a acordarme de ese jersey desde hace...no sé cuánto tiempo). Estaban todos mis tíos, incluso mi tío el que murió. Mis primos, los que habían nacido en aquel momento. Y me ha venido el aroma del cocido semanal, cocido murciano con pelotas, que sabía a gloria. Y he visto a mi abuela sirviendo los platos a todos y trajinando hasta el último minuto. Nunca se sentaba a comer hasta que los demás casi habíamos acabado. Ahora lo pienso y me digo: ¿cómo era capaz de cocinar cada semana para tropecientos y seguir tan contenta? ¡Los días que tengo invitados en mi casa (una o dos veces al año) me pongo de los nervios!

Han pasado unos 30 años de aquella imagen. Me he sentido extraña recordando todo de forma tan nítida y dándome cuenta de cómo ha cambiado todo desde entonces. La vida ahora es muy muy distinta. Ninguno de nosotros imaginábamos cómo sería hoy ni cómo era hace 10 años. Y no me refiero sólo a que ahora comemos peor porque vamos a toda prisa por la vida, que también. Da vértigo ver cómo puede girar tu vida 180 grados sin que te des cuenta.

La crisis, la maldita crisis. ¿Cuánto nos quedará?

lunes, 10 de diciembre de 2012

¿Volver a ser bloguera?

Llevo unos días dándole vueltas a la cuestión de si volver o no volver al universo bloguero. Me fui hace más de 3 años, desde que vino L.E. de Etiopía hace ya...¡casi cuatro años! Mucho más de lo que, afortunadamente, tardamos en encontrarnos con ella, por lo tanto, mucho más de lo que duró mi anterior blog, El viaje de la adopción.

Con breves y tímidos intentos de vuelta, como estas dos entradas de 2011 que acabo de releer ahora y que me han traído tan bueno recuerdos...

¿Y por qué volver ahora precisamente? Aparte de que tengo mucho más tiempo disponible porque Lola dejó de ser bebé totalmente dependiente a niña pequeña un poco independiente, me está volviendo el gusanillo de escribir, que por otro lado, nunca se fue del todo.

Es como si se hubiera dormido cual oso invernando (varios años seguidos) y ahora estuviera cargado de energías nuevas para enfrentarse con el mundo.

Así que aquí estamos, confiando en que no sea una nueva falsa alarma y que esta vez por fin, estemos de "parto".

Por hoy ya hemos dicho bastante. Mañana más...y mejor.